Un estudio realizado por el Ministerio de Fomento en 1918 computaba unas 3.540 norias de tiro en las Islas Baleares. Esta cifra descendió a 2.813 en 1951, aunque esta disminución en el número total no determinó que en algunos municipios se continuara construyendo norias de tiro (en comparación con los datos de 1872): este es el caso de Artà (50 norias de tiro en 1872; 158 en 1951), Alcúdia (75 norias de tiro en 1872; 231 en 1951), Algaida (9 norias de tiro en 1872; 41 en 1951); Capdepera (42 norias en 1872, 124 en 1951) o Pollença (50 norias en 1872, 111 en 1951).

Sin duda, la introducción y posterior consolidación a partir de 1847 del molino de viento de extracción de agua, es la causa del abandono o la substitución de la noria de tiro, sobre todo en los municipios mallorquines que optaron por una agricultura de regadío intensiva, como fueron los casos de Palma, sa Pobla y Muro. También allí donde se potenció un sector ganadero basado en el bovino, principalmente a partir de 1925, como fueron los casos de Campos y Ses Salines, un hecho en el que repararemos en el Ecomuseo. Algunos de los molinos de estos municipios utilizaron los mismos pozos que anteriormente ocupaban las norias de tiro.