Campos ha vivido una considerable evolución en las últimas décadas, fruto del ya mencionado abandono de actividades productivas vinculadas al sector primario y de la adaptación, tardía pero igual de incipiente, del municipio y sus recursos a las demandas del turismo.
Todas las empresas que se puedan relacionar con el sector de la construcción están presentes en el municipio de Campos. Desde las que se dedican a la excavación, construcción, fabricación y servicio de materiales a pie de obra, hasta las auxiliares tipo fontanería, electricidad, herrería, carpintería, pintura, decoración, etc. Fueron creadas y conocieron su auge en torno al establecimiento y mantenimiento de las fincas agroganaderas pero, una vez entrado este sector en crisis, derivaron hacia la urbanización. En este sentido, formaron parte del boom inmobiliario que también caracterizó a esta zona de Mallorca, especialmente a partir de los 70 y los 80.
Pensemos que, en el municipio de Campos, la pujanza económica de las gentes del campo posibilitó que muchas familias pudieran permitirse la construcción de una vivienda en la villa. Aunque permanecía cerrada la práctica totalidad del año, estaba destinada a ser usada por sus propietarios en el momento de su jubilación o, en todo caso, para uso y disfrute de las generaciones venideras.
En este contexto, las empresas relacionadas con el sector de la construcción tuvieron una fácil adaptación a la nueva realidad y continuaron con su prosperidad, a diferencia de las fábricas que dependían del sector primario. En este caso, una tras otra fueron cerrando, dando paso algunas de ellas a grandes superficies comerciales. En todo caso, la crisis financiera aflorada en el año 2008 también hizo mella en la mayoría de ellas.
En esta deriva económica hacía el sector servicios llaman poderosamente la atención dos hechos, consecuencia de la globalización de la que el municipio de Campos también es víctima. El primero es que, a pesar de estar ubicado en un punto estratégico, de paso obligado además para miles de coches, no se han favorecido los productores y comerciantes locales (como sí ocurrió con varios pueblos de la carretera de Palma – Manacor). Por el contrario, se ha producido una enorme atracción por parte de las grandes superficies comerciales existentes en Mallorca, que se han instalado en la localidad, hasta el punto de hacer peligrar el futuro de los comerciantes locales. En segundo lugar, el boom de la construcción desatado entre los años 2002 – 2007 en el municipio atrajo infinidad de empresas de este sector, procedentes en muchos casos del resto de la isla (e incluso de fuera de ella). Estas empresas trabajaron en proyectos de nuevas viviendas residenciales desarrollados en Campos, en detrimento también de las empresas locales.