La utilización de sillares de piedra arenisca («marés») en la formación de arcos  para salvar el espacio abierto entre pilares o muros era un proceso constructivo tradicional del sur de Mallorca. En esta entrada, os presentaros como utilizando estas técnicas ancestrales hemos procedido a rehabilitar un espacio, destinado inicialmente a almacén y pajar,  para su uso como futura sala expositiva de nuestro ecomuseo.

 

En nuestro caso, estudiamos la altura, el peso a soportar y el diseño que nos permitiera mayor cantidad de luz y espacio abierto. Nos decidimos por la realización de arcos apuntados u ojivales, de dos centros, que permiten jugar con la curvatura y acabado, especialmente a la hora de colocar la piedra o dovela central «clave» y permiten una mejor distribución de la carga sobre los pilares que los soportan.

Arcos Ecomuseo Son Llado

El encofrado se realizó con tablones de madera, debidamente apuntalados,  claveteados y dando la forma del arco.

Arcos Ecomuseo Son Llado

Los sillares, de medidas 40x40x20 cms.,  se fueron colocando encima del encofrado de madera formando el arco, que se ubicó entre la  estructura existente de pilares de hormigón y vigas pretensadas de hormigón. Progresivamente, se rellenaron los huecos entre arco y pilar con ladrillos cerámicos. El resultado práctico fue un poderoso refuerzo de toda la estructura.

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Arcos Ecomuseo Son Llado

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Las últimas imágenes muestran el arco apuntado a falta de colocar la última pieza, la pieza central o clave. Teóricamente, una vez colocada esta pieza el arco ya podría desencofrarse perfectamente. En nuestro caso, por seguridad siempre se esperó a tener todo el cerramiento de la fachada, entre pilar y pilar, terminado. Señalar que se utilizó el mismo encofrado de madera para cada uno de los cuatro arcos que se realizaron.