Particularmente hablando de un municipio como Campos, en donde está ubicado el Ecomuseo Etnográfico del Patrimonio Rural de Campos, con una pluviometría anual de apenas 300 mm., la disponibilidad de agua dulce en su subsuelo fue de una importancia capital para la riqueza agrícola y ganadera que se generó en el pasado. Aunque esta se basó en una realidad que no era acorde a las condiciones y a los recursos existentes en la zona ya que se estableció un regadío extensivo para producción de alimento para el ganado, una forma de explotación ganadera  impropia para el clima semidesértico de esta zona del sur de Mallorca. Durante años se sobreexplotaron acuíferos que tardaron cientos de miles de años en crearse hasta llegar al punto de provocar su salinización motivada por la intrusión del agua marina.

Campos ha sido tradicionalmente un territorio donde los recursos y las oportunidades escaseaban. Antes de la llegada de los pozos y los molinos, durante siglos, las norias de tiro eran los únicos elementos que permitían extraer agua dulce del subsuelo y, por ello, condicionaban la existencia de las mejores tierras de cultivo. En el segundo cuarto del siglo XIX se identificaban en Mallorca 3.516, distribuidas por todo el territorio insular a excepción de la Serra de Tramuntana. Destacaban los municipios de sa Pobla, con 1400; Muro, con 485; Montuïri, con 400; Palma, con 200; y finalmente Campos, con 110.

Un estudio realizado por el Ministerio de Fomento en 1918 computaba unas 3.540 norias de tiro en las Islas Baleares. Esta cifra descendió a 2.813 en 1951, aunque esta disminución en el número total no determinó que en algunos municipios se continuara construyendo norias de tiro (en comparación con los datos de 1872): este es el caso de Artà (50 norias de tiro en 1872; 158 en 1951), Alcúdia (75 norias de tiro en 1872; 231 en 1951), Algaida (9 norias de tiro en 1872; 41 en 1951); Capdepera (42 norias en 1872, 124 en 1951) o Pollença (50 norias en 1872, 111 en 1951).

Sin duda, la introducción y posterior consolidación a partir de 1847 del molino de viento de extracción de agua, es la causa del abandono o la substitución de la noria de tiro, sobre todo en los municipios mallorquines que optaron por una agricultura de regadío intensiva, como fueron los casos de Palma, sa Pobla y Muro. También allí donde se potenció un sector ganadero basado en el bovino, principalmente a partir de 1925, como fueron los casos de Campos y Ses Salines, un hecho en el que repararemos en el Ecomuseo. Algunos de los molinos de estos municipios utilizaron los mismos pozos que anteriormente ocupaban las norias de tiro.